Decálogo home office
Hubo que reinventar de golpe y a marchas forzadas la forma de trabajar ante las nuevas circunstancias, adaptar los procesos a la versión online y las acciones a las herramientas virtuales.
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La vida no deja de sorprendernos ni de darnos lecciones y, como casi siempre, lo hace en los momentos más inesperados, contrariamente a los que pensamos ilusamente, creyendo que todo está bajo control. Sin embargo, siempre acabamos concluyendo que sólo hay una única e inequívoca realidad, ante la cual únicamente podemos levantar las manos y rendirnos: que tan solo somos una pequeña parte dentro del inmenso sistema al cual pertenecemos, una parte ínfima… y eso nos condiciona.
En más de una ocasión, por no decir siempre, nosotros mismos hemos sido el detonante y las posteriores víctimas de la mayoría de las contiendas que podemos recordar. Los eventos más cruentos, siempre fueron precedidos por acontecimientos que, de una u otra forma, permitían presagiar lo que más tarde sucedería. Y en cuanto a las catástrofes naturales, como un terremoto o un devastador tsunami, se abren paso en nuestra conciencia para recordarnos lo pequeños y vulnerables que somos ante una naturaleza imparable.