Aunque desde el año 2015 se está haciendo patente la recuperación del sector con indicadores positivos, el exceso de optimismo está llevando a tomar de nuevo decisiones poco prudentes. Y asistimos otra vez a la llegada de muchos agentes inmobiliarios poco preparados y con una lógica oportunista y especulativa.
Es cierto que tras la recuperación de la crisis económica vivida durante esta última década se ha recuperado la confianza en el sector inmobiliario, tanto por parte del consumidor como por parte del emprendedor, que ha visto en el sector una oportunidad de negocio. Pero, al mismo tiempo, no hay que perder de vista que al sector inmobiliario no le gusta la incertidumbre y que los clientes son cada día más exigentes, demandando un servicio cada vez más personalizado y ajustado a sus necesidades e inquietudes.