La digitalización hipotecaria es ahora más necesaria que nunca
La pandemia ha provocado un paso de gigante en la digitalización de los consumidores, sin embargo, todavía muchos servicios están pendientes de completar su proceso de desarrollo.
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El coronavirus ha acelerado muchos procesos, conceptos que se iban asentando poco a poco han pasado a primera línea y a convertirse en imprescindibles para la nueva normalidad. La digitalización es, además de una de las prioridades del gobierno y de las ayudas europeas, una de las claves sobre las que debe pivotar la recuperación de nuestra economía. Aún queda mucho camino que recorrer, pero lo cierto es que en determinados aspectos la digitalización de los consumidores es un hecho, tanto por lo que supone de cambio generacional como por el impacto que tienen herramientas de uso común para el día a día. Las redes sociales o el comercio electrónico forman parte de nuestra cotidianidad, pero hay todavía muchos otros productos y servicios digitalizables, con un enorme potencial de mejora en experiencia de usuario.
A pesar de los esfuerzos realizados por las entidades financieras para digitalizar gran parte de su negocio, las hipotecas son uno de los productos con una menor tasa de digitalización. Las razones son varias, principalmente la alta complejidad del producto, la gran disponibilidad (hasta ahora) de oficinas bancarias donde gestionarlo y la baja prioridad de los bancos por modernizar los procesos ligados a la contratación de una hipoteca.