Los réditos de la tecnología inmobiliaria
La agencia inmobiliaria del siglo XXI necesita la tecnología para existir... para hacerse ver, para mostrar su producto, para diferenciarse... para vender
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De entre el cúmulo de series que nos traen los canales de televisión y el streaming, una destaca por el interés tecnológico de la narración. Se trata de Halt & Catch Fire, producida por el canal AMC. El título corresponde a un antiguo comando de programación que obligaba a los programas instalados en el ordenador a ejecutarse simultáneamente intentando ganar ventaja sobre los otros. El control de la máquina resultaba irrecuperable después de activada esta instrucción. Como evidencia esta recomendable serie de televisión, la historia de la tecnología informática es apasionante, desde sus inicios con los gigantescos ordenadores centrales hasta la conectividad universal y personal a través de los teléfonos inteligentes, pasando por la épica batalla de las marcas fabricantes de ordenadores personales.
Que la tecnología ha afectado y afecta de lleno al trabajo inmobiliario es indudable. Lo que no resulta tan obvio es a qué aspectos del negocio inmobiliario afecta y de qué manera. En primer lugar, la tecnología incrementa la productividad del trabajo inmobiliario; en segundo lugar, modifica sustancialmente el emplazamiento de producto en el mercado y, finalmente puede ser elegida como vehículo de posicionamiento e imagen de marca para alcanzar a unos segmentos de público determinados. La tecnología en definitiva proporciona réditos en productividad, distribución de producto y posicionamiento de marca.