Han pasado 10 años desde que se pusiera en marcha esta segunda muestra residencial del año (la primera es en primavera). Se hizo a petición de los expositores, que veían cómo la crisis hacía mella en la venta de sus promociones provocando que las viviendas ya construidas no tuvieran salida al mercado; necesitaban una nueva convocatoria, además del gran encuentro de mayo.
Hoy el panorama es otro. De las más de 25.000 casas que se expusieron para comercializar, entre el 90% y el 95% están en construcción o se venden sobre plano, y empezarán a entregarse a sus dueños en el 2019. El resto, apenas un 10%, corresponde a ese stock de inmuebles nuevos que no se vendieron en los años de la crisis. En esa época, la proporción era justo la contraria. La confianza vuelve a reinar entre los compradores de vivienda.