La situación económica en la que estamos inmersos, sumada al elevado precio de los alquileres en las grandes ciudades, hace que muchas personas, mayormente jóvenes, se vean en la situación de tener que alquilar una habitación. Según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, en 2021 se registró la tasa de emancipación más baja en lo que va de siglo. Los datos muestran que solo el 14,9% de los jóvenes entre 16 y 29 años están viviendo fuera de casa de sus padres de forma independiente. Esta situación socioeconómica que viven los jóvenes está acelerando los procesos de alquiler habitacional. Hay personas que no tienen poder adquisitivo suficiente para alquilar un inmueble. Es por eso que actualmente es muy común que los jóvenes alquilen una habitación.
Es de extrema importancia que siempre se realice un contrato entre arrendador y arrendatario. Es la única forma de plasmar todos los aspectos que tendrán validez durante el alquiler. El contrato de arrendamiento de habitación no está regido por la Ley de Arrendamientos Urbanos, sino que se rige a partir de lo que se estipule por ambas partes, siempre que no sea contrario a la ley o al Código Civil.