Una de las cosas que más sorprenden al asomarse al modelo del marketing usado por los REALTORS®, aquí y allá, es la presencia ubicua de la foto personal en todo tipo de materiales de marketing. Conocí un experto en marketing de servicios profesionales, orador en una Convención de REMAX en Canarias, que usaba tarjetas comerciales con un círculo perforado. Cuando le preguntabas -la pregunta era obligada- qué sentido tenía, ponía la tarjeta delante de su cara y decía: “es para recordarle a todos que la foto de las tarjetas debe estar actualizada”. Al margen de lo ingenioso de la ocurrencia, es un consejo que habría que recordarles a muchos profesionales, especialmente en un mercado como el norteamericano, donde la edad media del Agente inmobiliario es muy elevada si nos atenemos al público que se ve por las Convenciones.
Los consumidores tenemos miedo al vacío, tanto como los redactores como yo, tenemos miedo a la página en blanco. Es difícil navegar en un mundo con tanta abundancia de ofertas y marcas y hacerse una idea cabal de lo que hay detrás sin una experiencia previa o, al menos, una referencia de tercero. El conocimiento y la valoración pública de una marca -o el reconocimiento y aceptación social, que viene a ser lo mismo- juega un extraordinario papel en la decisión inicial de compra en ausencia de experiencias propias o de referencias de un amigo o conocido.