Definir a una parte de la población como son los ‘millennials’ no es fácil, pero la mayoría de los arbitrios coinciden en algo: estos jóvenes nacidos a partir de los 80 son una generación digital, hiperconectada (6 de cada 10 millennials españoles realizan compras por internet) y con altos valores sociales y éticos, les encanta viajar, conocer nuevas culturas y coleccionar experiencias que puedan compartir con otros. Diferentes, sin duda, a generaciones pasadas y futuras. Voy, igualmente, a intentar definir aquellos rasgos que más los definen y no por tratar de etiquetar sino por conocerlos mejor.
Preparados, emprendedores, tolerantes y creativos. Estos jóvenes, la mayoría con estudios de grado superior, no sólo quieren conseguir títulos universitarios y un trabajo estable. Muchos se convierten en emprendedores con ideas novedosas y con gran proyección. Esta preferencia se deriva, en gran parte, de la demanda de una economía moderna basada en el conocimiento, pero también del hecho de que muchos de ellos optaron por seguir estudiando ante la imposibilidad de encontrar trabajo durante la crisis financiera de 2008. Las empresas sabemos, o deberíamos saber que, si queremos conquistarles y mantener el talento entre nuestras filas, debemos tener en cuenta algunas de sus prioridades: valoran la flexibilidad, puestos creativos, estructuras horizontales, el trabajo desde casa y el reconocimiento no por años, sino por sus funciones. Las organizaciones que no sepan dar respuesta a estas peticiones perderán parte del personal más joven en cinco años y tendrán amplia rotación de equipo.