Enriquecer el discurso
No se trata solo de hablar, sino de compartir y comprender a los demás
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Hace poco leí un artículo sobre las Diferencias significativas en la experiencia cotidiana de los niños pequeños, un estudio que pone de manifiesto que los hijos de familias con un estatus económico más elevado escuchan de media, a la edad de cuatro años, 35 millones de palabras más que los criados en ambientes humildes. Todo un problema.
En el mismo artículo José Ramón Alonso, neurocientífico y catedrático de la Universidad de Salamanca, hacía referencia a una investigación del MIT (Massachusetts Institute of Technology) que daba solución a este problema: “Lo importante no es hablar a tu hijo, sino hablar con tu hijo”.