jueves 21, noviembre
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Grandes retos en la valoración de la vivienda eficiente

Nuestro país debería multiplicar por 25 la tasa de rehabilitación de edificios para cumplir con los objetivos de eficiencia energética del Pacto Verde.

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Por todos es conocido que España es un país con un parque inmobiliario envejecido, algo que no sólo afecta a la estética, sino que conlleva consumos y gastos innecesarios que deben ajustarse a la tecnología y necesidades actuales. Muchos de los edificios de nuestras ciudades y municipios son el resultado de los booms de los años 60 y 80 y lógicamente presentan características constructivas, diseños e instalaciones obsoletos.

El debate sobre la rehabilitación lleva tiempo encima de la mesa de nuestro sector, pero no cabe duda de que se ha reactivado recientemente gracias a la aprobación del Plan Nacional Integrado de Energía y clima (PNIEC) y a que los fondos Next Generation se han focalizado en este aspecto, considerándolo uno de los grandes puntales de la recuperación verde. Según datos del informe ‘Iniciativas y modelos de negocio para la rehabilitación de edificios’ de la Fundación Naturgy, el ritmo de renovación de los edificios en España debería acrecentarse notablemente para llegar a la neutralidad climática en 2050. Con “notablemente” se refieren a que la tasa de renovación de los edificios debería situarse en torno al 2-3% anual y en España no llegamos ni al 1%, situándonos a la cola de la media europea.

Con estas tasas de rehabilitación tan bajas lo que subyace es una falta de interés y/o percepción social de los beneficios que aporta contar con una vivienda eficiente. Es cierto que las nuevas generaciones están mostrando un cambio de concienciación y empiezan a dar valor a factores como la eficiencia energética, la reducción del consumo energético y finalmente el ahorro económico, especialmente si en el proceso de financiación se pueden beneficiar de algún incentivo al respecto.

No obstante, todavía es necesaria una labor de concienciación social transversal mediante campañas de información con cifras concretas, difíciles de llevar a cabo hasta la fecha por no existir todavía registros históricos que ofrezcan una comparativa contrastable del retorno económico que supone en un hogar la inversión en renovación de materiales e instalaciones, tecnología, electrodomésticos… en términos no sólo de ahorro energético, sino también monetarios.

La inversión en mejoras de eficiencia energética constituye una apuesta por el planeta.

En la actualidad, desde distintos ámbitos profesionales, se está trabajando en recopilar y utilizar esos datos para hacer una mayor labor divulgativa, con ejemplos concretos que lleguen a traducir, de forma sencilla, el coste de intervención en una vivienda en relación a las ganancias, no solo en confort y salud del propio hogar y ahorro de consumos, sino transaccionalmente si ésta se quiere vender en un futuro, con una demanda previsiblemente más exigente.

Existe la falsa percepción de que la inversión en eficiencia energética en los hogares supone un alto coste que empieza a dar sus frutos en el largo plazo, pero en realidad, la amortización se materializa en el medio plazo. No se trata sólo de un gesto para reducir el gasto monetario, es también un gesto por el planeta.

Mirando hacia las normativas de aplicación, se constata que tanto el RD 390/2021, por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios, como anteriormente el RD 732/2019, de modificación del Código técnico de la edificación que entró en vigor el 24 de marzo de 2021, van orientados a mejorar la eficiencia energética de los edificios, así como a mejorar las condiciones de seguridad y habitabilidad para las personas, su bienestar y la protección del medio ambiente. Su plena aplicación supondrá que los edificios, tanto nuevos como existentes, tengan o mejoren su consumo energético y la calidad de las edificaciones e instalaciones incorporando las energías renovables para reducir las emisiones de CO2.

Estas medidas van orientadas a mejorar la calidad de las CEE (Certificación de Eficiencia Energética), que habían adquirido un carácter casi meramente administrativo en detrimento de su aspecto técnico. La obligación de disponer de una CEE para realizar la transacción o alquiler de una vivienda se estaba convirtiendo más en un trámite que en una valoración exhaustiva de los aspectos de eficiencia del inmueble.

También observamos el auge de sellos de calidad de eficiencia energética, que están siendo empleados sobre todo en los segmentos terciarios y especialmente en inmuebles explotados en arrendamiento, algo que sin duda irá tomando relevancia a medida que el segmento del alquiler se vaya profesionalizando como actividad económica.

En este sentido, desde las sociedades de tasación y asociaciones como la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), hemos participado en debates coincidiendo en la necesidad de trasladar al sector y a la sociedad, la importancia de disponer de hogares eficientes, y de técnicos especializados que los acompañen en los procesos de construcción o rehabilitación.

La Certificación energética debe ser una valoración exhaustiva de los aspectos de eficiencia del inmueble.

Desde el ámbito industrial también se está haciendo un gran esfuerzo en innovar y optimizar las calidades de los materiales. Y desde la Comisión Europea se promueve la “New European Bauhaus”, iniciativa para generar una nueva estética europea que combine el rendimiento con la inventiva, fomentando soluciones innovadoras en términos de arquitectura y materiales.

En resumen, invertir en la mejora de la eficiencia energética de los hogares es una apuesta por la reducción de consumo, de costes económicos y una apuesta por el planeta. Y en contra del imaginario colectivo, es una inversión con una amortización a medio plazo que repercute no sólo en la calidad de vida de los residentes del inmueble, sino en futuras operaciones de compraventa al constituir un valor añadido a la hora de tomar decisiones.

Susana Moya
Susana Moya
Directora Técnica Nacional de Gloval Valuation smoya@gloval.es gloval.es/blog

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