Todos los días negociamos con la gente que nos rodea. La negociación forma parte de la relación social. Mediante la negociación conseguimos lo que queremos y convencemos a otros de que hagan lo que nos interesa. Si, todo esto está bien, pero no todo es lógica, ni las cosas son lo que parecen.
Esto pasa en nuestro trabajo todo el tiempo, cuando vendemos nuestros servicios y también cuando estamos intentando poner de acuerdo a compradores y vendedores, en esas grescas que a veces se organizan en torno a un cierre, a veces por tonterías irracionales, de niño pequeño. Nuestro trabajo es establecer cordura frente a las emociones a menudo disparadas, pero no siempre es fácil hacernos escuchar.