Puede que no lo hayas pensado, pero tu elección al abrir el armario por la mañana puede influir mucho en tu mente. Lo que te pones no solo deja una impresión en aquellos con los que interactúas, sino también en cómo piensas y sientes personalmente a lo largo del día.
En un estudio publicado en el Journal of Experimental Social Psychology, Adam Galinski y Hajo Adam acuñaron el término “enclothed cognition”, o el impacto psicológico de la elección de la ropa en uno mismo. Los autores del estudio encontraron que hay prendas de vestir específicas que pueden evocar ciertos sentimientos o acciones, y connotaciones o percepciones asociadas con esos atuendos, lo que a su vez hace que el usuario se comporte de diferente manera, según sus elecciones de vestuario.