Aprender con los mejores
Ha llegado el momento de mirar hacia el elearning con ojos y oídos bien abiertos, el mercado está maduro, aunque todavía no hay ninguna marca suficientemente reconocida ni relevante, si bien existen plataformas optimas y disponibles a costes muy razonables.
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Ya no nos acordamos porque permanece enterrado en el pasado, pero hubo un tiempo en el que una copia de libro se hacía a mano, para ver a alguien actuar en una obra de ficción había que hacerlo en vivo y en directo en un teatro, o para oir música de ópera no tenías más opción que sacar una entrada e ir a la Ópera. La historia de los medios de comunicación masivos -como la imprenta, los discos, la radio o el cine- es la historia de la industrialización y abaratamiento progresivo del proceso de copiado o la facilidad de difusión a través del espacio radioeléctrico y, actualmente, internet. Este fenómeno de copiado y masificación ha llegado -más lentamente de lo que algunos vaticinaban- a la formación y educación. Estamos, por fin, en la era del elearning, la educación a distancia mediante plataformas online o un software específico de conexión. Esto está teniendo y va a tener en el futuro consecuencias radicales sobre la forma que adquiriremos nuestros conocimientos y habilidades. Y marcará, sobre todo, quienes serán nuestros educadores en el futuro.
Cuando nació la fonografía y se hizo posible grabar la música y la voz en un soporte reproducible a posteriori, la primera consecuencia fue la popularización de los grandes cantantes y tenores, hasta ese momento reservados para las catedrales de la música en actuaciones en directo. De pronto, los músicos de pueblo se convirtieron en un pobre sucedáneo de la música de verdad, que se podía escuchar en los fonógrafos que inmediatamente se popularizaron. No desaparecieron, sobre todo en las fiestas locales, pero todo el mundo empezó a distinguir lo bueno de lo malo, lo auténtico de la burda imitación. De hecho, cuando la piratería digital empezó a drenar intensamente los ingresos de los músicos por venta de CDs, vinilos y casettes, los conciertos en directo volvieron a adquirir un enorme protagonismo como fuente de ingresos de los músicos y sus compañías. Ya que no obtienen dinero de las copias, hay que volver a la música original en vivo y en directo. Por eso la explosión de eventos musicales -en forma de conciertos y festivales- en los últimos años.