En un contexto marcado por los cambios y la incertidumbre, las familias priman cada vez más la búsqueda del ahorro y de inversiones que ofrezcan la mayor rentabilidad posible. En este sentido, el autoconsumo solar residencial se presenta como una de las alternativas con mayor capacidad de crecimiento en nuestro país.
En Otovo, somos conscientes del potencial de este sector en España, especialmente desde los cambios regulatorios de 2019 que eliminaron el famoso impuesto al Sol y obligaron a las comercializadoras a compensar por la energía no consumida, disparando la rentabilidad de los paneles solares. Solo en nuestro primer año de vida en España, ya hemos realizado más de 1.000 instalaciones, pero esto es solo una muestra de dicho potencial ya que, según nuestros cálculos, unos 4 millones de viviendas unifamiliares podrían beneficiarse de esta energía limpia y sostenible al tiempo que generarían un ahorro de hasta un 50% en el consumo de su factura de luz.
Una familia que instale paneles solares en su tejado puede esperar una rentabilidad media de un 10%-15% anual, lo que repaga el sistema en 7-10 años, algo muy atractivo para una instalación con una vida útil de tres décadas. La instalación media en España ronda los 10 módulos (3.5kWp), unos 4.000 euros, lo que supone a una familia un ahorro en luz, desde el primer año, de entre 500 y 800 euros. Además, con las nuevas tarifas eléctricas a la vuelta de la esquina y la llegada del teletrabajo, poder generar nuestra propia energía durante las horas de Sol será clave para evitar subidas en las facturas.
Por otro lado, cada vez son más las comunidades autónomas que, en busca de una transición energética hacia un modelo más sostenible, conceden diferentes ayudas y bonificaciones a los propietarios de paneles solares como desgravaciones de hasta el 50% del IBI durante un periodo de hasta 5 años; o hasta un 95% del ICIO, además de otras deducciones del IRPF, lo que supondría una amortización de la instalación aún más rápida.
No obstante, no todas las familias pueden o desean realizar un desembolso inicial, por eso, existe también la opción de alquilar la instalación de autoconsumo. A través de un sistema de renting los clientes pagan una cuota mensual proporcional a las dimensiones de su instalación, una cuota que es, de hecho, inferior al ahorro que genera el sistema, logrando un ahorro al usuario desde el primer mes. Esta fórmula no solo resulta ideal para evitar esa inversión inicial, sino que además libera al cliente de cualquier preocupación durante los 20 años que dura el contrato, ya que en este caso es la compañía la que se hace cargo del mantenimiento y la garantía del sistema.
Una vivienda con paneles solares puede conseguir un ahorro de entre 500 y 800 euros al año.
Si nos centramos en las ventajas de este tipo de instalaciones en el plano inmobiliario cabe mencionar que, según la plataforma inmobiliaria norteamericana Zillow, los inmuebles con sistemas de placas solares aumentaron su precio de venta en un 4% de media. Además, entre los compradores, más del 80% definieron las prestaciones de eficiencia energética del inmueble como un elemento importante de su decisión de compra. Por su parte, el LBL (Lawrence Berkeley National Lab) afirma que las viviendas que cuentan con una instalación solar podrían venderse un 20% más rápido que aquellas que carecen de ella, lo que posiciona el autoconsumo como un elemento clave a tener en cuenta a la hora de invertir en una propiedad.
No obstante, el autoconsumo residencial es una alternativa a la que cada vez acuden más familias, no solo por la rentabilidad que ofrece, sino por la creciente preocupación por el medioambiente. En plena crisis climática, los consumidores buscan soluciones que les ayuden a convertir sus hogares en lugares alineados con su compromiso ambiental, que faciliten la transición energética hacia una sociedad más sostenible.
Sin duda, el futuro de la vivienda pasa por hogares autosuficientes y sostenibles, y el autoconsumo fotovoltaico es una opción segura, rentable y sostenible.
Más del autor
