De amenaza a oportunidad
La pandemia ha instaurado la transformación tecnológica en el sector inmobiliario, reportando un valor añadido a nuestra gestión, agilizando los procesos de intermediación en beneficio de los clientes, en uno de los principales derechos de cualquier ciudadano, que es el de contar con una vivienda digna.
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La pandemia ha cambiado las reglas del juego en muchos aspectos. No sólo en el día a día de las personas, sino también en el de las empresas. Si bien es cierto que casi ninguno de los sectores de nuestra economía se libra de los efectos de la COVID-19, uno de los sectores más influenciados por estos cambios es el inmobiliario, que de cara al presente año dará un paso al frente en la apuesta por la tecnología y la digitalización empresarial. Y es que nuestra industria ha avanzado durante los últimos diez años, y en especial desde el inicio de la pandemia, hacia una transformación absoluta tanto de las empresas como de los profesionales que la forman.
Todos estos cambios tienen consecuencias directas en el día a día de los inversores inmobiliarios, en especial desde la perspectiva de un cada vez más presente modelo híbrido. Esto supone un gran desafío para el sector, pero es un paso necesario para garantizar su continuidad. Más allá del concepto de venta híbrida, con su respectiva fusión del modelo presencial tradicional y el teletrabajo en remoto post pandémico, uno de los factores diferenciales que supondrá la digitalización en el real estate será la implementación de la realidad virtual.