Todo empezó el verano del 2012, en Sitges. Un día cualquiera, en pantalón corto y camisa hawaiana, así empezó todo…
Me encargaba del área de marketing de una agencia inmobiliaria enfocada a británicos, vendía la marca, pero no asesoraba en la venta de inmuebles en aquel entonces. Todo y así, desde el principio de mi etapa en esta empresa, la propietaria siempre me vio buen perfil para asesorar a los clientes, pero solo un contratiempo me puso en el mapa… El día que no pudo venir ella tuve que hacer sus visitas, las primeras que realizaba en mi carrera sin saber que hoy sería, y con mucho honor, un REALTOR® en Sitges. ¡Ah, por cierto! En esa primera visita, ayudé al comprador a invertir en su primer piso en la localidad.