En 1998 mi familia se traslada de Madrid, nuestra ciudad natal, a Santander, dejando atrás años de experiencia en la empresa privada y la gestión de pequeñas sociedades familiares. El cambio de ciudad me obligó a tratar con bastante asiduidad con el sector inmobiliario para gestionar la venta de los inmuebles que teníamos en Madrid y reinvertir en Santander.
Estudié Marketing y Dirección de Empresas y en 1995 comencé a estudiar Derecho, carrera que abandoné con nuestro traslado: El sector inmobiliario me parecía realmente fascinante, aunque sentía que no tenía suficientes conocimientos para desarrollar un proyecto inmobiliario, por lo que comencé formándome de la mano de diferentes franquicias, comparando las formas de trabajar de las marcas inmobiliarias más importantes del momento. Estuve estudiando el modus operandi de agencias en Madrid, Barcelona y Sevilla, hice un estudio de mercado en mi ciudad, analice zonas idóneas para la comercialización de viviendas, alquilé y adapté un local comercial bien situado y me puse manos a la obra de la mano de una franquicia referente en el sector que coincidía con mi manera de entender un servicio inmobiliario de calidad, proporcionándome el conocimiento y los medios suficientes para comenzar con la seguridad de estar haciendo lo correcto con mucha ilusión y la pasión que te mueve comenzar un proyecto nuevo, por supuesto con una inevitable dosis de miedo por el riesgo económico que conllevaba invertir en abril de 2006, comienzo de la gran crisis inmobiliaria.