Por cada 100 viviendas que se venden en estos momentos en España, poco más de 18 son de nueva construcción, mientras 82 son de segunda mano. Se trata de una proporción que lentamente se está reequilibrando y ya está lejos del 90/10 a favor de las usadas en el que se mantuvo durante casi toda la crisis.
Este reequilibrio se debe a que desde hace tres años las grúas han vuelto a poblar los paisajes de cada vez más ciudades y la puesta en marcha de nuevas promociones supone, de facto, más compraventas sobre plano. Sin embargo, la estadística publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) se elabora con las cifras de los registros de la propiedad y una vivienda no llega al registro hasta que no ha finalizado su construcción y ha sido escriturada. De ahí, que aunque el volumen de obra nueva lleva creciendo tres años, y al principio lo hizo de forma mucho más tímida, es en los últimos meses cuando el número de transacciones comienza a recoger todas esas casas nuevas que se están escriturando.