Pocas y viejas viviendas
En contra de lo que se pueda suponer y a pesar de la fiebre constructiva previa a la burbuja, el parque inmobiliario español no se ha renovado lo suficiente.
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Hasta la explosión de la burbuja en el año 2007, una fiebre constructora recorrió España y era difícil mirar al horizonte sin ver grúas. Aquellos excesos fueron, en parte, responsables de la crisis que vivimos después, de la década negra del sector inmobiliario de la que ya al fin hemos salido.
En los últimos años han sido miles las viviendas que han buscado infructuosamente comprador, incluso rebajando considerablemente sus precios. El proceso de normalización no es homogéneo como se puede apreciar en las evoluciones de los precios y el stock disponible. Los grandes mercados registran subidas fuertes de precio mientras el stock se reduce a ritmos vertiginosos. Por ejemplo, en Madrid el stock de vivienda en venta se ha desplomado un 50% en apenas 3 años, desde finales de 2014 a finales de 2017. Mientras tanto en muchas otras provincias los crecimientos son muy suaves, prácticamente anecdóticos, o directamente el precio sigue cayendo.