La tecnología ha cambiado de arriba abajo el mercado inmobiliario, ha simplificado decenas de procesos y sigue marcando el camino sobre el que avanza el sector. Pocas cosas generan menos dudas.
Aun así, la tecnología ha abierto también un nuevo espacio para la picaresca o, en el peor de los casos, el fraude. Es cierto que los intentos de estafa en el sector inmobiliario no son nuevos. Los estafadores siempre intentan echar su anzuelo donde creen que van a encontrar más fácilmente a sus potenciales víctimas.