Durante la última década, la tecnología se ha introducido en los hogares de todas las personas con el objetivo de hacerles la vida más fácil y cómoda. Progresivamente, hemos ido introduciendo dispositivos y gadgets en las diferentes estancias que nos ayudan en nuestro día, que simplifican o automatizan ciertas tareas, o que posibilitan experiencias dentro del hogar que hasta ahora estaban limitadas a espacios de ocio fuera de nuestras casas.
Esta incorporación a nuestro día a día ha dado lugar a una nueva corriente que hoy en día se conoce como ‘interiorismo tecnológico’ o, lo que es lo mismo, la búsqueda de un equilibrio entre tecnología y diseño para conseguir espacios funcionales y prácticos a la vez que agradables a la vista y los sentidos. Las circunstancias vividas en los últimos años han dado un nuevo significado a los hogares, que han dejado de ser lugares puramente de descanso para convertirse en espacios cálidos donde pasar tiempo y conectar con todas esas cosas que nos importan.
Más allá de dispositivos como los smartphones, las tablets, los ebooks o los smartwatches, que ya acompañan a prácticamente todas las personas en cualquier momento y aspecto de su vida, son los dispositivos inteligentes y conectados al internet de las cosas (Internet of Things, IoT) los que están realmente impulsando este ‘interiorismo tecnológico’. Desde robots aspiradores a enchufes Wi-Fi o válvulas inteligentes, estos dispositivos son los que están verdaderamente revolucionando los hogares y posibilitando espacios más habitables en los que el confort y la tecnología ocupan una posición central. La democratización del acceso a este tipo de dispositivos inteligentes ha disparado su uso en los hogares españoles que cada vez conocen y disfrutan más de sus beneficios. De hecho, se estima que cada persona usará 20 dispositivos de media para el año 2030.
Además de la comodidad de poder controlar los dispositivos de nuestra casa desde cualquier lugar y momento, el IoT aplicado a la smart home se presenta como un gran impulsor de la eficiencia y la optimización en el uso de energía y recursos. Esto se ha convertido sin duda en uno de los principales drivers de adopción y una de las razones detrás de este auge del ‘interiorismo tecnológico’. Por ejemplo, los enchufes inteligentes juegan un papel clave como remedio contra el “consumo fantasma”. A través de ellos se puede gestionar el consumo eléctrico de un dispositivo o, incluso, apagarlo de forma automática. Este control remoto nos permite adaptar su uso a los mejores precios de la tarifa eléctrica de forma muy sencilla desde nuestro smartphone a través de una aplicación móvil. De la misma manera, las bombillas LED inteligentes ofrecen un ahorro de luz y una duración mucho más alta que las tradicionales. Al mismo tiempo, ofrecen la posibilidad de configurarlas en infinidad de colores y tonos para cambiar la atmósfera de un espacio y adaptarlas a la necesidad o gustos de un momento concreto, y todo ello desde un par de toques en la pantalla de nuestro teléfono o incluso por comandos de voz.
Las casas conectadas son espacios bonitos y equilibrados que siguen las últimas tendencias en decoración
También cabe destacar el uso de las válvulas inteligentes, que están tomando más protagonismo ya que permiten controlar el consumo del gas en un momento en el que el precio de la energía se mueve en rangos nunca vistos. Estos pequeños dispositivos permiten gestionar la temperatura de cada rincón de la casa de manera precisa y remota lo que, a la larga, incide en un menor consumo de energía y un ahorro considerable. De este modo, podemos programar el funcionamiento de las válvulas acorde a nuestro estilo de vida, activándolas y desactivándolas desde la app, así como facilitar que las habitaciones que menos se usan pueden estar a temperatura más baja y dotar de mayor confortabilidad a las que más se utilizan.
En muchas ocasiones todos estos dispositivos y el concepto smart home nos conducen a imaginar espacios fríos propios de la ciencia ficción, pero nada más lejos de la realidad. La tecnología ya no está presente como un elemento invasivo, sino que las casas conectadas se han convertido en espacios bonitos que siguen las últimas tendencias en decoración y diseño de interiores para conseguir espacios equilibrados. Por un lado, las marcas de tecnología cada vez ofrecen diseños más cuidados y variados, que se adaptan a los diferentes gustos de los consumidores y que pueden llegar a funcionar como elemento de decoración en sí mismo. Por otro lado, las marcas de decoración ya tienen en cuenta la tecnología como un elemento más a la hora de diseñar sus productos y soluciones, permitiendo que los usuarios no tengan que renunciar a nada.
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