Se define como sostenible aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Este concepto, que hoy ocupa miles de páginas escritas y está en el foco de Gobiernos, empresas, organizaciones y administraciones, fue acuñado por primera vez en 1987 en el Informe Brundtland, un estudio que solicitó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para conocer el impacto que tenía la economía en los recursos naturales.
Sin ir más lejos, una ciudad sostenible es una ciudad amable, responsable, socialmente justa, ambientalmente atractiva, económicamente viable y culturalmente estimulante para las futuras generaciones. Sin embargo, la realidad de nuestras ciudades en la actualidad es otra bien distinta.
Si los recursos naturales de nuestro planeta se midiesen en los términos de un presupuesto doméstico, a nuestro planeta no le saldrían las cuentas. De hecho, el pasado 20 de mayo nuestro país entró en números rojos, de acuerdo con el Día de Sobrecapacidad de la Tierra, la fecha en la que los habitantes de la Tierra superamos la bio capacidad anual del planeta y que establece la Global Footprint Network (GFN).
En este contexto, la huella ecológica de los hogares españoles es alarmante. Las viviendas representan cerca de un tercio de las emisiones de CO2 a la atmósfera, detrás de la industria y el transporte, y cerca del 40% del consumo de energía. Estudios recientes indican que el consumo de energía y agua, así como la producción de residuos, han aumentado significativamente en los últimos años.
Aunque nuestro planeta enfrenta dificultades, los compradores de vivienda parecen cada vez más conscientes de la emergencia climática. La segunda edición del Observatorio UCI sobre Vivienda y Sostenibilidad destaca un aumento en la conciencia sobre la sostenibilidad y eficiencia energética entre los compradores de vivienda en España. Seis de cada diez españoles consideran la sostenibilidad al elegir una vivienda, aunque solo un 17,8% lo ve como un requisito fundamental. En cuanto a la disposición a pagar más por una vivienda eficiente, un 76,8% estaría dispuesto a asumir hasta un 6,96% adicional sobre el precio de compra.
Abordando la percepción de los propietarios y, a pesar de que más de ocho de cada diez viviendas en nuestro país son ineficientes, el 83% de los españoles considera que su vivienda es medianamente eficiente (43,1%) o muy eficiente (40,5%). Sin embargo, seis de cada diez propietarios desconocen el Certificado Energético de su vivienda, subrayando la necesidad de mayor sensibilización en eficiencia energética.
Este mismo informe destaca que una abrumadora mayoría de los españoles (98,1%) cree que una reforma energética revalorizaría sus propiedades. Sin embargo, el interés por mejorar la eficiencia de las viviendas ha disminuido ligeramente, del 51,5% en la pasada edición al 48,7% en la actual. El principal obstáculo sigue siendo el precio (52,1%), seguido de la necesidad de reformas (45,2%) y la falta de financiación (37,4%).
A pesar de los desafíos, el informe muestra un aumento en la disposición a solicitar préstamos para mejoras en las viviendas, con un 36,5% dispuesto, frente al 35,2% del año anterior. Las reformas más populares son el aislamiento térmico interior (57,9%) y las ventanas aislantes (55,3%). Aunque la instalación de paneles solares ha caído ligeramente respecto a 2023, sigue siendo una opción para un tercio de los encuestados (33,9%).
Aunque la ampliación de las deducciones fiscales por obras de rehabilitación de vivienda hasta finales de 2024 es un paso adelante, nueve de cada diez españoles (89,2%) desconocen estas deducciones. Este desconocimiento subraya la necesidad de mayor divulgación sobre los beneficios fiscales disponibles para promover la eficiencia energética en el hogar.
Los compradores son cada vez más conscientes de la importancia de la sostenibilidad a la hora de elegir vivienda.
El panorama de las hipotecas verdes muestra que la mayoría de los compradores aún las desconocen (84,5%), aunque el conocimiento ha aumentado ligeramente del 14,2% en 2023 al 15,5% en 2024. Entre las opciones de hipotecas verdes, el 51,1% prefiere la Hipoteca+Reforma, seguida por la hipoteca verde “convencional” (32,6%) y la hipoteca de Autoconstrucción (16,3%).
Aunque se observan mejoras en el conocimiento y concienciación sobre la sostenibilidad entre los compradores españoles, las cifras aún están lejos de lo deseado. Recientemente, el Parlamento y el Consejo de la UE aprobaron la EPBD, normativa que establece estándares más estrictos para reducir emisiones y ahorrar energía en los edificios y España deberá presentar su plan nacional de rehabilitación antes de 2025.
Hacer que los compradores, tus clientes, ‘piensen en verde’ es responsabilidad de todos los que estamos en la cadena de valor. Es esencial intensificar la concienciación y accesibilidad a opciones de financiación sostenible. Esto es crucial no solo para alcanzar nuestros objetivos de descarbonización, sino también para habitar viviendas más sostenibles y saludables. Porque el futuro será sostenible, o no será.