Desde el pasado mes de julio estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades en el uso de los recursos naturales que la Tierra nos ofrece. Esto nos recuerda el Día de la Deuda Ecológica, que marca el punto en el que todos los habitantes del planeta hemos alcanzado el tope en el consumo de los recursos que nos correspondían para el año 2022.
Una fecha que cada año, lejos de posponerse, se adelanta. Este año en un día respecto al anterior. Y, desde 1970, que se entró en deuda ecológica el 29 de diciembre, en más de cinco meses, lo que pone de manifiesto que algo no estamos haciendo bien en el cuidado del medio ambiente.
El abuso de recursos, las emisiones de gases nocivos y de dióxido de carbono, entre otros factores, provocan un impacto ambiental negativo y tampoco ayudan en la lucha contra el cambio climático, que este verano hemos notado con sucesivas olas de calor y con la proliferación de un gran número de incendios en diferentes puntos de España.
Aunque hoy en día ya existen viviendas ecológicas que aúnan condiciones óptimas de habitabilidad y bienestar al tiempo que respetan el medioambiente y provocan un impacto mínimo en el medioambiente, el 95% de nuestro parque inmobiliario es ineficiente y consume o desperdicia más energía de la que necesita.
España es el segundo país de Europa con más edificios: en torno a un 65% de españoles reside en bloques de viviendas, solo superado por Letonia (66%) y muy por encima de la media europea, que se sitúa en el 48%, según Eurostat. De ellos, 4 de cada 5 edificios son ineficientes porque consumen más energía de la que realmente necesitarían por su mal aislamiento y acondicionamiento energético. De hecho, la vivienda es la tercera causa de emisiones de CO2, solo precedida por la industria y el transporte.
Ante esta situación de deuda ecológica anual todos debemos asumir la responsabilidad de aportar nuestro granito de arena al cuidado medioambiental, algo que ya empieza a notarse en los hogares pues, según nuestra última encuesta de percepción, los propietarios españoles demandan viviendas más sostenibles: un 85% haría una inversión para mejorar la eficiencia energética de su hogar y más de la mitad, 50,2%, propondría una rehabilitación en su junta de vecinos.
Sin embargo, a pesar de este creciente interés, todavía existe un gran desconocimiento de los mecanismos para estas mejoras, pues dicho informe pone de manifiesto que un 84% de propietarios consultados desconoce que parte de los Fondos Next Generation EU se destinarán a la rehabilitación de viviendas y un 77% tampoco sabe de la existencia de financiación ad hoc para comunidades de propietarios que deseen mejorar su inmueble.
Los propietarios desconocen la existencia de financiación para comunidades que deseen mejorar su inmueble.
Para paliar esta ineficiencia de los edificios españoles, desde UCI hemos puesto en marcha el plan RER (Rehabilitación Energética Residencial): un sistema de ventanilla única dirigido a comunidades de propietarios para brindar la asistencia técnica para desarrollar evaluaciones energéticas y proporcionar apoyo financiero en la solicitud de subvenciones y ejecución de obras de rehabilitación.
Las comunidades de propietarios que se beneficien de este programa tendrán la oportunidad de mejorar el ahorro energético de su edificio, además del confort térmico y acústico, con condiciones ventajosas de financiación y revalorizar sus viviendas en términos económicos y de confort.
¿Qué puede hacer él profesional inmobiliario?
En primer lugar, ser consciente del rastro de emisiones que se están generando. La huella de carbono, también conocida como huella ecológica o carbon footprint en inglés, es el rastro de gases de efecto invernadero (GEI) que una persona, empresa, producto o evento emite de forma directa o indirecta a la atmósfera.
Pongamos un ejemplo, cada vez que nos desplazamos de un lugar a otro en nuestro coche, cargamos nuestro teléfono móvil, ponemos el lavavajillas o encendemos la calefacción de nuestra casa o el aire en la agencia, estamos generando una huella que se acumula en la atmósfera y acelera el cambio climático.
Para limitar el calentamiento global a 1,5ºC, es esencial lograr la neutralidad de carbono en la segunda mitad del siglo XXI, un objetivo que se estableció en el Acuerdo de París, firmado por 195 países en 2015. Además, en 2019, la Comisión Europea impulsó el Pacto Verde Europeo, que persigue la neutralidad climática en Europa para 2050.
Asumamos cada uno la reducción de nuestra huella de carbono.
La mejor forma de conseguir la neutralidad climática es no emitir más CO2 del que bosques y plantas pueden absorber de forma natural para transformarlo en oxígeno. Para ello, todos debemos ser parte de la solución llevando a cabo pequeños gestos y acciones que reduzcan nuestra huella de carbono.
Te animo a compartir esta información con tus clientes para ser parte del cambio y concienciar a un mayor número de personas. ¿Te apuntas?
7 claves para reducir la huella de carbono
Promueve la rehabilitación de viviendas
Eres un agente del cambio. Trabajas con el 90% de las viviendas de segunda mano que se venden en nuestro país, según datos del XII Barómetro Inmobiliario realizado por UCI y SIRA, eres una figura clave para instar a la rehabilitación energética de las viviendas, que no solo permite renovar el parque inmobiliario sino un importante ahorro en el bolsillo de tus clientes.
Consume menos energía
Los precios de la energía siguen marcando récord, por lo que ser más eficiente en nuestro lugar de trabajo y nuestro hogar nos permitirá no solo reducir nuestra huella de carbono sino también ahorrar en nuestras facturas.
Utiliza dispositivos eficientes
Incorporar buenos hábitos en el uso de dispositivos electrónicos o sustituirlos por otros eficientes cuando éstos se estropeen favorece también el cuidado medioambiental y la reducción de la huella medioambiental.
Fomenta y apuesta por la economía circular desde tu agencia
Apuesta por un modelo de consumo que alargue el ciclo de vida de los productos y que promueva las famosas 3R de la economía circular. Reduce, Reutiliza, Recicla.
Muévete de forma más sostenible
Reducir el número de desplazamientos que realizamos en coche privado, apostar por el uso de la bicicleta y los transportes públicos o valorar la posibilidad de cambiar un vehículo de combustión por uno 100% eléctrico, son algunas de las pautas que podemos llevar a cabo.
Ahorra agua
España se enfrenta a una importante sequía, con las reservas de agua escaseando en muchos puntos del país y algunas zonas con cortes, que ponen de manifiesto la alerta sobre este recurso tan esencial. Evita malgastar agua con trucos de sobra conocidos como instalar aireadores en grifos, utilizar lavadora y lavavajillas a carga completa y en modo eco, sustituir el baño por la ducha o reaprovechando aguas pluviales.
Consume productos de proximidad y de temporada
El consumo de alimentos de cercanía y de temporada supone la reducción de la huella de carbono relativa al transporte y almacenamiento de los productos, además de un menor coste para nuestro bolsillo.