Millennials y baby boomers, los agentes del cambio
La brecha generacional entre padres e hijos tiene sus consecuencias en la vivienda. La juventud quiere comprar, pero su situación financiera les lleva a alquilar. ¿Acaso los jóvenes deben asumir que solo unos pocos conseguirán ser propietarios?
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El sector en general y la vivienda en particular tienen muchas lecturas. Una de ellas es cómo se entiende o qué postura se tiene frente al mercado en función de la edad que se tenga. Desde el régimen de tenencia presente y futuro hasta qué motiva las mudanzas, pasando por el presupuesto que se maneja o cuándo se producirá el estallido de una nueva burbuja. En pisos.com realizamos un informe social motivados por la necesidad de estudiar a fondo dos perfiles generacionales que, a priori, parecen muy distintos. Por un lado, los millennials, que son los jóvenes que actualmente tienen entre 25 y 40 años. Por otro lado, los baby boomers, que son adultos mayores de 55 años. Se trata, por tanto, de dos grupos entre los que median varias décadas, un periodo de tiempo en el que la actividad inmobiliaria y constructora española ha experimentado grandes altibajos que han ayudado a configurar el comportamiento de unos y otros.
Una primera ‘radiografía’ de ambos perfiles ya arroja datos interesantes. Así, por ejemplo, en lo que se refiere al estado civil. mientras que el 69% de los millennials está soltero, el 89% de los baby boomers está casado. También es llamativa la cuestión de la clase social. De este modo, el 52% de los más jóvenes pertenece a una clase social alta, teniendo en cuenta los ingresos económicos y el nivel de estudios reflejado en la encuesta realizado por pisos.com. Respecto a los más mayores, casi el 56% pertenece a una clase social media vinculada a una preparación académica menor. En cuanto a la estructura familiar, cerca del 47% de los millennials vive en pareja, pero no tiene hijos. Los vástagos del 48% que sí los tiene cuentan con menos de diez años en prácticamente el 67% de los casos. El baby boomer tipo tiene una media de dos hijos con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años en la mitad de las ocasiones, conviviendo con ellos y con su pareja bajo el mismo techo.